Antes de los
gloriosos días de esta revolucion, es decir, antes de que el supremo líder aclarara la situación y pusiera en claro la
verdad histórica, los venezolanos habían sido engañados por generaciones sobre
el tema del descubrimiento de América, eufemismo con que la oligarquía llamaba
a la ocupación de América por los imperialistas españoles.
Cristóbal
Colon, conocido burgués, ávido de riquezas, chulo y conspirador, convenció a
los Reyes católicos, oligarcas e imperialistas españoles, de ir a La India por un atajo y sacarle el
cuerpo a los hijoputas portugueses, que se habían adueñado de toda la madre
patria África. (Como reza en una plaza de Barlovento).
Colón…astuto
navegante pero despistado, fue incapaz de encontrar el estrecho de Magallanes y
tropezó con Puerto Rico…Tremenda pifia
que le costó a todos los pueblos libres de América muchos siglos de
calamidades. En esa época había una
cultura muy avanzada en estas latitudes gracias al socialismo indígena.
Abundaban las lombrices, las hormigas y los gusanos de leña además de muchos
otros manjares que hacían las delicias de la gastronomía aborigen.
Cuando Colón
llegó a lo que llamo las indias esto era un paraíso fiscal…no había impuestos,
ni había inflación, no había devaluaciones y la economía crecía a ritmos astronómicos.
Gobiernos
populares tenían en aquella época una gama de misiones que satisfacían de sobra
todas las necesidades. No existían problemas de escasez de viviendas, porque la
misión choza garantizaba este derecho… no existía el trabajo, engendro
capitalista que trajo a estas tierras ese desgraciado genovés. Tampoco había corrupción
mas allá de la que hacían los caciques con sus harenes de menores.
La igualdad reinaba aunque unos eran mucho mas iguales que otros.
Ni que decir
de la salud, todos los nativos gozaban de una vida sana por lo menos hasta los
treinta o cuarenta años y no se conocía de criminalidad. Rara vez en el día morían
varias personas por asuntos pasionales o por efecto de la intoxicación por
peyote…solo en el caso de sacrificios al dios sol estaba permitido aplastarle
la cabeza a los niños y lanzarlos por un barranco. Toda esa civilización se perdió
tan pronto llegaron la hordas invasoras españolas que instauraron el cristianismo
y prohibieron esas costumbres tan progresistas.
El caso es
que si no fuera por esos depravados conquistadores pudiéramos ahora disfrutar
de una vida libre y despreocupada…se acabó la tranquilidad del chinchorro y el
musical rumor de los mosquitos, se acabó la chicharronada de iguana y el pan de
cazabe. Adiós al sexo libre y la promiscuidad salvaje…No mas paseos a media
noche para saquear, secuestrar y violar doncellas de otras tribus…no mas violación
de niñas ni asesinato de viejitos para quitarles la cabellera.
Los
españoles trajeron las tediosas universidades, trajeron a la madre del chisme: la imprenta,
construyeron carreteras que se convirtieron luego en autopistas con los
consecuentes accidentes de tránsito…Trajeron los sistemas judiciales y se acabó
el ojo por ojo y el diente por diente y el placer de asesinar de noche a nuestros
enemigos. Lo peor de todo, trajeron la religión
y con ella la obligación de ir a misa y la costumbre de no hacer nada para
solucionar nuestros problemas que no sea rezarle a la virgen y a José Gregorio Hernández.
El día doce
de Octubre es el día mas oscuro de la historia de América…es el día que todos
debemos recordar como el día en que nos quitaron el derecho a seguir siendo
salvajes y a poder estar como ahora están los maquiritares, los arawacos, los
piaroas o los yanomamis…
Gracias a la
gloriosa revolucion y a nuestro comandante presidente vamos por el camino de
pronto volver a la felicidad de vivir como ellos, tal como nos encontró de canalla de Cristóbal Colón;
desnudos, descalzos y con el taparrabos rojo rojito. Pronto los gusanos, los
bachacos, las iguanas y los tuqueques serán nuestro alimento…Y Cuba lo logró
hace mucho tiempo.
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